Pedir un préstamo es una fuente de financiación externa que puede ser útil para cubrir necesidades en el corto plazo, como pagar facturas pendientes; y también en el largo plazo, como una hipoteca para la compra de un piso. En cualquier caso, se deben pactar las opciones y el plazo de devolución, así como los costes directos, como intereses.

A diferencia de las tarjetas de débito que funcionan con la cantidad límite de la que disponemos en la cuenta bancaria, las tarjetas de crédito permiten gastar sin necesidad de tener fondos disponibles. Dependiendo del límite marcado, el banco adelanta el dinero y el cliente puede abonar la cantidad el siguiente mes.

Es un tipo de tarjeta en la que puedes abonar la cantidad de dinero deseada para después gastarlo en el comercio o servicio que decidas. La diferencia principal entre una tarjeta prepago y una tarjeta de débito es que la primera no necesita estar asociada a una cuenta bancaria, solo depositar dinero; mientras que la segunda la emite un banco.

Se refiere a la financiación que se obtiene de organismos públicos, como subvenciones, préstamos blandos o ayudas fiscales. Esta forma de financiación puede estar sujeta a requisitos y condiciones específicas y puede ser una opción interesante para proyectos que promuevan el desarrollo económico o la innovación.

Es la financiación que se obtiene a través de plataformas online que conectan a inversores con empresas o proyectos. Esta forma de financiación puede incluir opciones como el crowdfunding o el crowdlending, por lo que puede ser de gran relevancia para una amplia base de inversores.